Hablar sobre la Semana Santa es hacerlo sobre nuestro acervo cultural, sobre nuestras tradiciones más arraigadas. Al margen de nuestras creencias religiosas personales, de cada uno, es indudable el papel que juega la Semana Santa como forma de expresión de nuestras tradiciones y manifestaciones artísticas.
En un sentido religioso, es el periodo en el que los cristianos recordamos la muerte, pasión y resurrección de Jesucristo, esto, en el ámbito de la tradición - del folclore, si me lo permitís - se traduce en cofradías, procesiones y otras escenificaciones que hacen al creyente participe o espectador de los relatos que sobre estos hechos aparecen en las Sagradas Escrituras. Sin embargo, como todo fenómeno sociológico, e histórico, tuvo un comienzo y cuenta con unas características propias.
La Semana Santa, tal y como la vivimos hoy, hunde sus raíces en la Contrarreforma católica, que comenzó a mediados del siglo XVI y se desarrolló durante el XVII, y que la dota de significación religiosa, se trata de la exaltación de la vida y sobre todo de la muerte de Cristo. Coincide además con la España del Barroco, y esto se refleja, no ya en la expresión de la religiosidad, sino más bien de la escenificación y la imaginería, del arte.
Por tanto, dentro de la Cristiandad católica, la Semana Santa forma parte de nuestras tradiciones, pero cada país tiene una Semana Santa propia, y dentro de cada país, cada región o comarca cuenta también con una Semana Santa con características propias, y si me apuran cada pueblo tiene su propia Semana Santa.
Y por ello - y es una apreciación personal que yo hago, podéis estar o no de acuerdo conmigo - si existe una fiesta a lo largo del año que mejor represente las tradiciones locales, la idiosincrasia de un pueblo, esa es la Semana Santa, al contrario que otras muchas fiestas que los medios de comunicación e información de masas y la sociedad de consumo han homogeneizado en todo el mundo, convirtiéndolas en símbolos de la actual Globalización. Podemos hablar de una Semana Santa propia, comarcal, calatraveña, pero a su vez cada uno de los 10 pueblos que componen esa Mancomunidad contará con una Semana Santa con características propias, distinta de la Semana Santa del pueblo de al lado, por cerca que estén.
Pues bien, por todo ello podemos hablar de una Semana Santa propia, valenzoleña, dentro de la Semana Santa Calatrava.
Debemos salvaguardar lo nuestro, promocionarlo, preservar las características propias incluso contra las influencias de otras Semanas Santas, aunque éstas cuenten con mayor fama o protagonismo...., si el Campo de Calatrava cuenta con una Semana Santa propia, ¿Por qué vamos a copiar las tradiciones de otras, aunque sean más conocidas? os podríais preguntar.
Y esto...., el promocionar nuestra propia y tradicional Semana Santa es lo que viene haciendo, desde su creación hace ya 30 años, la Mancomunidad de Municipios del Campo de Calatrava, y más en concreto la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, cuyo principal y último logro, el año pasado, en 2016, ha sido la declaración de la Ruta de la Pasión Calatrava como de "Interés Turístico Nacional", la primera de este tipo de alcance comarcal.
Pero... ¿Qué es lo que hace única a la Semana Santa del Campo de Calatrava?
En primer lugar podríamos decir que su desarrollo historiado, sigue el orden cronológico de los principales elementos de la Pasión de Cristo: el Prendimiento, la Sentencia, el Entierro, y la Resurrección. Aquí vemos una vez más lo comentado anteriormente, el localismo de la Semana Santa: el Prendimiento, por ejemplo, es una representación típica de la comarca, pero no en todos los pueblos es igual, el Prendimiento de Aldea del Rey, uno de los que más visitantes recibe cada año, es distinto del de Valenzuela, o el de Bolaños, que es más breve, no tienen nada que ver ni en cuanto a texto ni en cuanto a representación, ni tampoco con el de Moral de Calatrava, asociado además este último a un pregón. Por poner solo algunos ejemplos.
Otra característica propia de nuestra Semana Santa son los armaos. Y aquí ocurre exactamente lo mismo que lo comentado anteriormente: los armaos de Bolaños de Calatrava - cuyos trajes a mí personalmente son de los que más me gustan - son muy parecidos a los de Calzada de Calatrava, pero distintos a los nuestros, los armaos de Valenzuela tienen prácticamente el mismo traje que los de Almagro, y los que conozcan un poco la Historia de ambas cofradías sabrán porque.
Otra tradición típicamente calatrava es el juego de "Las Caras", siendo las más famosas las de la localidad de Calzada de Calatrava, con una proyección de carácter nacional, aunque en otros pueblos, como por ejemplo en Almagro, también se forman algunos de los conocidos como "corros".
Otro elemento clave de nuestra Semana Santa sería la artesanía, la elaboración de las vestimentas de sus participantes, y más concretamente la hojalatería o elaboración de los trajes de armaos. O una tradición tan nuestra como el encaje de bolillos, asociado ahora en Semana Santa a la elaboración de las mantillas. Por no hablar, de otras tradiciones, que si bien a lo largo del año pertenecen a la vida cotidiana, en estas fechas se relacionan con las tradiciones de Semana Santa, como es la gastronomía, y más en concreto la elaboración de los dulces típicos.
En general, podemos decir que los pueblos que forman la Mancomunidad del Campo de Calatrava reviven todo un mundo de tradiciones desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, en el que participan unas 50 cofradías, y unas 20 bandas de música y de armaos, implicando a un total aproximado de unas 20.000 personas. Esto atrae cada año a un mayor número de turistas y constituiría la parte más práctica de la Semana Santa, promocionar el turismo en nuestra comarca, que al fin y al cabo es hoy uno de los sectores que más mueven la economía, pues crea riqueza y puestos de trabajo.
Bueno, y centrándonos ya en la Semana Santa local. La Semana Santa de Valenzuela de Calatrava comparte gran parte de todos estos elementos comunes de la Semana Santa calatrava, calatraveña, pero a su vez tiene características propias que la hacen única, es singular en cuanto a tradiciones, y cuenta con 4 hermandades o cofradías, cada una de ellas con su propia Historia y su propio papel, independientes, aunque se coordinen en estas fechas para llevar a cabo todos los acontecimientos y celebraciones.
En Valenzuela de Calatrava las primeras noticias que se tienen sobre cofradías o hermandades son del siglo XV, aunque aún hay mucho que investigar sobre esta etapa, sobre finales de la Edad Media, pero se tienen datos de una primitiva cofradía dedicada a Santa María a finales de este siglo.
A principios del siglo XVI aparecen otras como la Cofradía de San Marcial, la de Santa María de la Nava - a la cual los valenzoleños de aquel entonces tenían una gran devoción y cuya imagen se piensa pudiera ser la talla gótica que aún hoy se puede contemplar en nuestra Parroquia - y sobre todo la de la Vera Cruz, y digo sobre todo, y sin querer desmerecer, ni mucho menos, a las demás cofradías, porque es la hermandad más antigua de las vigentes hoy en nuestro pueblo, más tarde diremos su fecha de fundación.
Un siglo más tarde, en la siguiente centuria, se funda la Cofradía de la Esclavitud del Santísimo Sacramento, una cofradía bastante elitista, los archivos cuentan con documentos muy curiosos, y graciosos, sobre la gente que quería ingresar en ella, y por diversos motivos no les dejaban, todo lo contrario que la Hermandad de la Vera Cruz, que era una cofradía que acogía a las clases populares. Ambas cofradías mantenían cierta rivalidad. También se funda en este siglo - y no podía pasar sin nombrarla, aunque no sea una cofradía de Semana Santa - la de nuestra Patrona, la Virgen del Rosario, que aún no contaba con la devoción que tiene hoy entre los valenzoleños, su culto comenzó a raíz de la Batalla de Lepanto, en el siglo XVI.
La Cofradía del Santo Cristo de la Clemencia data por su parte de principios del siglo XIX, este año está de cumpleaños. Se fundó concretamente en 1817, fecha en la que se redactaron sus primeras ordenanzas, documento que encontré en el Archivo Diocesano de Toledo. Por tanto, es la segunda más antigua de la localidad, cumpliendo este año su segundo centenario, 200 años de Historia, que se dice pronto...
Los armaos o Hermandad del Santo Sepulcro, por su parte, son algo más tardíos, de las últimas décadas del siglo XIX. Sobre esta hermandad no se ha encontrado documentación anterior a la Guerra Civil de 1936, esperemos que algún día se encuentre algo en los archivos, pero se supone que se debió fundar en esas fechas pues fue así en los demás casos de la comarca: los armaos de Almagro, Moral, Calzada, Granátula.... se fundaron en las décadas de los 80 y 90 del siglo XIX, por lo que lo más lógico es pensar que también fuera así en el caso de los armaos de Valenzuela. Como ya he dicho, esperamos encontrar algún día más información.
Y por último, la Hermandad de la Virgen de Dolores, también una cofradía nueva, y en la que nos encontramos una situación parecida: no existe documentación escrita anterior a la Guerra Civil de 1936, pero se supone por las fuentes orales, lo que nos cuentan los más mayores, que debió fundarse a principios del siglo XX.
De todos modos, esperemos que poco a poco y conforme se vaya encontrando más información, se pueda escribir las historias de todas las hermandades y cofradías del pueblo.
Por lo pronto, de la primera hermandad de la que escribí y que cuenta con una Historia más completa es la de la Vera Cruz. Cuenta con un libro de actas que recoge su fundación y sus primeras ordenanzas y actas, que se conserva en el Archivo Parroquial de nuestro pueblo, lo cual es extraño, normalmente toda la documentación de cofradías y hermandades anterior a la Guerra Civil de 1936 se encuentra en el Archivo Diocesano de Toledo. En el pueblo se destruyó casi toda la documentación durante esta guerra. Este documento es toda una reliquia, pues aunque escrito en el siglo XVIII, el escribano que lo redactó copió el acta de fundación, las primeras ordenanzas y las primeras actas del siglo XVI, por lo que supone una fuente histórica importantísima, no solo para conocer la Historia de esta cofradía sino también en general la Historia del pueblo, de la sociedad de la época.
La Cofradía de la Vera Cruz se funda en 1552, en esa fecha se redactan sus primeras ordenanzas, y vemos que era una hermandad abierta a todos, no exigía nada y además se podía heredar el cargo. Al aspirante a miembro de la Hermandad sólo se le exigía "obediencia y cumplimiento de su regla - es decir: de las ordenanzas - y traer túnica, disciplina e insignia de la Santa Vera Cruz con las cinco llagas".
Era sobre todo una hermandad de disciplinantes porque querían recordar el dolor de la Pasión de Cristo, costumbre que hoy nos parece muy dura pero que se ha conservado hasta la actualidad en otras partes de España - ahora se me viene a la mente algunas zonas del norte, de Navarra concretamente - pero en nuestro caso, y en la mayor parte de España, debió suprimirse en el siglo XVIII, pues los ilustrados - que eran los intelectuales más avanzados de la época - lo consideraban como una costumbre bárbara, excesiva.
Durante el siglo XVII sufrió la crisis económica general de la época, los documentos de aquel entonces dicen que “la hermandad carecía de renta y eran los propios hermanos los que tenían que costear ellos mismos las procesiones”.
En el siglo XIX se producen varios paréntesis en los que la Hermandad se suprime y luego se vuelve a refundar, sobre todo a comienzos de siglo, y en las décadas de los 30 y 40, lo que se corresponde con la Guerra de la Independencia, la guerra contra los franceses, contra Napoleón, y las Guerras Carlistas respectivamente. Es algo que ocurrirá también en el siglo XX con la Guerra Civil Española de 1936, cuando se suprimirán todas las cofradías y hermandades del pueblo y deberán refundarse en la posguerra. Tiene fama la Guerra del 36 de periodo nefasto en cuanto a destrucción de imágenes religiosas e interrupción o pérdida de tradiciones, pero solo porque es más reciente, las guerras del siglo XIX no se quedan atrás en este aspecto. Claro, cada vez que se producía una refundación, la hermandad cambiaba, sufría adaptaciones, ya no era igual a como lo habían sido anteriormente pues la situación ya no era la misma.
Por tanto, a través de estas refundaciones podemos ver la evolución histórica de las Hermandades. La Cofradía de la Vera Cruz ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Su estructura interna, por ejemplo, contaba en sus primeros siglos con cargos que hoy no existen o han cambiado de nombre. Había un cabildo de oficiales, que ejercía la autoridad y convocaba las juntas, es decir, las reuniones, y que hoy sería el equivalente a la junta directiva, además contaba con otros cargos que han desaparecido como los de “quartelero” o “visitador”, el administrador, o el de “muñidor”, encargados de preparar las juntas, llevar las cuentas de la hermandad, convocar a todos los hermanos en caso de entierro de alguno de ellos, o incluso visitar a los hermanos enfermos. Algunos de estos cargos existían también en otras hermandades del pueblo.
Pero el cargo más importante era el de mayordomo, es decir, el encargado de celebrar la fiesta de la Vera Cruz, el 3 de mayo, o como decimos en el pueblo: el encargado de “dar la colación”. La junta y comida de hermanos cofrades que todos hemos conocido como el "puñao" de garbanzos y el vaso de "limoná". Hasta el siglo XX había 3, pues hoy se da una colación por la mañana y otra por la tarde, pero antes se daba también una colación en la víspera de la fiesta, la noche antes. Esto era igual en muchas otras hermandades del pueblo.
La fiesta principal de la Vera Cruz, como todos sabemos, es el 3 de mayo. Ese día, a parte de las colaciones, se celebraban las llamadas “vísperas solemnes”, con misa mayor, procesión y sermón. Se desconoce como era la cruz originaria de la Hermandad. En el libro de cuentas se menciona un dato importante: en 1818, fijaos nada más terminada la Guerra de la Independencia, se compra una cruz de metal en Almagro, puede ser que hubiera una anterior y que se destruyera durante esa guerra, y esta nueva es probable que sea la que permaneció hasta la Guerra Civil de 1936, cuando fue destruida y construida otra idéntica a escondidas, que es la actual.
Antes de Semana Santa, la Hermandad llevaba a cabo una curiosa ceremonia, la del perdón. Se juntaban todos los hermanos y se pedían y se concedían perdón unos a otros. Son tradiciones que hoy nos pueden parecer curiosas, raras, pero que en la época eran normales y contaban con un significado, normalmente de cohesión social. Se trataría de tradiciones que se daban en todas las hermandades del pueblo y fiestas del año.
El Domingo de Ramos se llevaba a cabo otra ceremonia, que también era muy común en las cofradías de la época, todos los hermanos cofrades se juntaban para una oración colectiva.
El Jueves Santo se hacía procesión, desde la ermita de Nuestra Señora de la Nava - que se arruinó y hoy se desconoce donde estaba - hasta la iglesia mayor de la villa. Debía ser la procesión principal de la Semana Santa, y en ella, los hermanos iban todos con túnicas blancas y alumbrando con velas, además era una procesión de disciplina..., esta práctica de la disciplina era tan dura que se pedía a uno de los mayordomos de ese año que tuviera preparado para cuando acabara la procesión "corcho de vino, rosas y polvos de arrayán" para curar las heridas de las espaldas de los penitentes, era una devoción que hoy consideraríamos rayando el fanatismo. Hay que decir también, que la disciplina era voluntaria, y estaban exentos de ella, o sea, no tenían por qué hacerla, los menores de 14 años, lógicamente porque eran niños, y los mayores de 50, que en la época eran considerados prácticamente ya ancianos.
Con la disciplina no solo recordaban la Pasión de Cristo en Semana Santa sino que también la hacían en otras épocas del año como votos o rogativas para pedir deseos, por ejemplo en años de sequía para pedir que lloviese, o para pedir que no hubiese epidemias en los campos.
El Viernes Santo, y también muchos otros viernes del año, celebraban una misa para lo cual nombraban un capellán, que podía ser del pueblo o de fuera, normalmente de Almagro.
Pero no todo era religión, las cofradías llevaban a cabo una gran labor social en una época en la que no había asistencia ni beneficios para los más necesitados, y menos aún al margen de la iglesia. Los hermanos de la Vera Cruz realizaban labores sociales como visitar a los enfermos, sufragar entierros a los pobres, o incluso utilizar los fondos de la propia hermandad para dar limosnas a los más necesitados, que eran los enfermos, impedidos que no podían trabajar, las viudas o los huérfanos.
Hoy, quizá tenemos ya otra mentalidad, más laica, y afortunadamente con otro tipo de instituciones sociales al margen de las instituciones religiosas, pero en cierto modo las hermandades siguen teniendo ese papel de cohesión social, vemos como reúnen a la gente del pueblo para preparar su fiesta, para preparar la Semana Santa y así mantener vivas las tradiciones, mantienen a los emigrantes que se han tenido que ir del pueblo por diversas razones en contacto con el pueblo, aunque sea a través de los recuerdos a una devoción religiosa, y en definitiva, pues son una forma de participación y de contacto entre la gente, una forma de conservar las fiestas y tradiciones.
Por todo ello hay que darles las gracias a las cofradías de Semana Santa de Valenzuela, sin cuyo trabajo no sería posible estar hoy aquí, preparando la Semana Santa, y yo personalmente, y ya para terminar, quiero dar las gracias a esta cofradía, la de la Vera Cruz, y en concreto a su presidenta, Ángela Cañizares, por haber pensado en mí, consciente de que quizá hay gente mucho más capacitada que yo para hablar hoy aquí sobre nuestro pueblo y sobre la Semana Santa, para mi ha sido todo un honor, ¿y como no? dar también las gracias a todos los que habéis estado hoy aquí, aguantando esta que podríamos decir "lección de Historia", escuchándome en definitiva.
Gracias por su atención.
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