El historiador D. Manuel Corchado Soriano - nacido en Madrid en 1913, aunque de familia originaria de Almodóvar del Campo - en uno de los interesantes libros que escribió sobre el Campo de Calatrava y sus pueblos decía que el término municipal de Valenzuela de Calatrava era "pequeño y de escaso relieve", y que por ello no se habían encontrado en él restos importantes de culturas primitivas, sin embargo, también destacaba que se encontraba cerca de importantes yacimientos arqueológicos, como La Encantada y Oreto, y por tanto aconsejaba “no descuidar su explotación que deseamos sea fructífera”.
Fructífera o no, afortunadamente cada vez se tienen más datos materiales sobre nuestro pasado, sobre las épocas históricas anteriores a la fundación del pueblo por la Orden de Calatrava (siglo XIII), y de las que no existe documentación escrita, esa inmensa "Prehistoria" en la que se desarrollaron muchas culturas y que sin duda sus gentes ya debieron pasar, e incluso asentarse, en el territorio de lo que hoy es nuestro término municipal.
Prácticamente, de todas las culturas históricas anteriores a la Orden de Calatrava que se dieron en nuestra región hay vestigios en nuestro término municipal. Que se encuentren muchos o pocos restos de cada una de ellas depende del azar o de qué se hayan conservado o no hasta la actualidad.
Los datos que hoy se tienen de ese pasado se deben a los estudios arqueológicos (como la Carta Arqueológica) y a las fuentes orales.
Los antiguos pobladores de Valenzuela ya eran conscientes de la existencia de restos históricos en nuestro pueblo, y en ocasiones dejaron noticias escritas sobre ello, aunque le solían echar mucha imaginación y fantasía por lo que tenemos que ser cautos a la hora de analizar esos datos.
En 1575 los vecinos de Valenzuela que contestaron a las preguntas de las famosas "Relaciones Topográficas ordenadas por el rey Felipe II" decían que:
En esta villa se hallan algunos rastros de cimientos de cal y canto antiguos debaxo [debajo] de tierra y algunas maneras de tintes y muchos silos antiguos y cuevas viejas.
Más imaginación aún le echa dos siglos más tarde Fray Juan de Valenzuela cuando en una obra que escribió sobre la Mancha (1760) escribía esto sobre su pueblo natal:
Sus primeros pobladores no ay duda fueron de los que primero poblaron a España o muy próximos descendientes de ellos, pues [ ] sobre las más de sus calles y aun en muchas otras partes de dentro y fuera de la Villa se ven silos: antigua avitación de los primeros hombres del mundo.
Al margen de la imaginación de la que estos antiguos valenzoleños hacían gala para ensalzar nuestro pasado es cierto que se han encontrado restos muy antiguos en nuestro pueblo y término municipal. Restos arqueológicos desde etapas tan tempranas de la Historia como el Paleolítico Inferior.
Los restos más antiguos: el Paleolítico.
El Paleolítico es la etapa más antigua, y también la más extensa, de la Historia de la Humanidad, su nombre significa "piedra antigua". Los grupos humanos del Paleolítico aún no conocían la agricultura ni la ganadería, vivían agrupados en bandas o tribus de cazadores y recolectores.
La mayoría de los restos paleolíticos que se han conservado son de piedra, lo cual no quiere decir que estas gentes no fabricasen también herramientas con huesos, astas de animales o madera, sino que lógicamente es la piedra la que mejor se ha conservado hasta hoy.
En nuestro término municipal se han encontrado restos dispersos de útiles paleolíticos, tales como puntas de flecha, raspadores, raederas o perforadores, todos ellos hechos con piedra. La mayoría se han encontrado en arroyos y ramblas, como el Arroyo del Pellejero, que en tiempos seguramente eran zonas con mucha más agua. Pero hay por todo el término, se han encontrado estos útiles de piedra hasta en zonas tan cercanas al pueblo como los Quiñones del Cementerio (Carretera de Pozuelo).
Se trata de hallazgos aislados, dispersos, el único lugar que puede considerarse un yacimiento arqueológico paleolítico es el paraje de la Rinconada, en esta zona situada al nordeste del término (lindando con el término de Almagro y equidistante entre los tres pueblos: Almagro, Valenzuela y Pozuelo) se ha hallado la mayor concentración de restos de herramientas y útiles paleolíticos. Este descubrimiento es antiguo, aparece ya mencionado en algunos artículos de los famosos "Cuadernos de Estudios Manchegos" de las décadas de los 50 y 60 del siglo XX.
Todo parece indicar que se trataría de campamentos estacionales, donde estas gentes fabricarían las herramientas que iban a utilizar en ese momento (para cazar o descuartizar las piezas cazadas) y luego las dejaban allí. Probablemente eran bandas o tribus de cazadores que pasaban por aquí buscando zonas con agua o persiguiendo a los animales que cazaban.
A la etapa del Paleolítico le sucede la del Neolítico, cuando los grupos humanos inventan la agricultura, y comienzan a cultivar plantas y domesticar animales. Aparecen nuevas herramientas (azadas, azuelas, molinos) y la cerámica (para guardar semillas y frutos).
En nuestra provincia no se ha encontrado nada prácticamente de época neolítica. Esto se ha intentado explicar por varias razones:
- El suelo de nuestra provincia - a excepción quizá de la zona del Guadiana - no es bueno para una agricultura primitiva.
- Nuestra provincia es una provincia agrícola y puede ser que el laboreo intensivo haya destruido los restos de la agricultura neolítica, más aún si tenemos en cuenta que la zona más llana y más cultivada es la zona más fértil, el valle del Guadiana (toda la zona centro de la provincia).
- Algunos investigadores también piensan que esta zona fue abandonada por los grupos humanos a finales del Paleolítico y no se volvió a poblar hasta el Calcolítico, siglos más tarde.
Incluso puede que se tratase de una conjunción de estos 3 factores, el caso es que no existen apenas yacimientos neolíticos en nuestra provincia. El único que se ha encontrado se encuentra sin embargo muy cerquita de nuestro pueblo: el yacimiento arqueológico de la Vega de los Morales, en Aldea del Rey, el hecho de que se encuentre en las estribaciones de Sierra Morena ha hecho pensar a muchos investigadores que se trata sencillamente de una prolongación del Neolítico andaluz.
Asentamientos de la Edad de los Metales.
En el Neolítico, el hombre se hace agricultor y ganadero, y más tarde comienza a usar el metal, primero el cobre (aparece la Edad del Cobre o Calcolítico) y después aprende la aleación con el estaño para hacer bronce (comienza la Edad del Bronce). Se trata de la Edad de los Metales en la que aparecen las primeras culturas con poblados permanentes y sociedades jerárquicas.
En el Calcolítico o Edad del Cobre (3.000 - 1.800 a. C.) aparecen culturas o civilizaciones por toda la Península Ibérica, siendo la más avanzada la Cultura de los Millares (en la zona de Almería). Aquí en el centro, en la Meseta, empiezan a aparecer poblados, menos importantes pero que ya comercian con los pueblos de Levante y de la Cultura de los Millares.
En Valenzuela se han encontrado restos del Calcolítico muy cerquita del pueblo: en las terrazas del arroyo Pellejero, en la zona que hay entre el camino del Río y el Camino de la Sardina (o del Pozo Nuevo) se han encontrado herramientas fabricadas en sílex (un mineral fácil de tallar) y cerámica hecha a mano (aún no se conocía el torno de alfarero).
En la Edad del Bronce (1.800 - 750 a. C.) se da una mayor evolución, aparecen culturas por toda la Península Ibérica y Baleares, ya con poblados más grandes y estables, y sociedades jerárquicas gobernadas por caudillos o jefes (no se sabe si eran ya reyes hereditarios). Las culturas más importantes siguen estando en la zona mediterránea: la Cultura del Argar (en Almería) y el llamado "Bronce Valenciano" (en Levante).
En el Campo de Calatrava y la Mancha aparece la llamada "Cultura de las Motillas" o "Bronce Manchego" que se caracteriza en nuestra zona por los poblados en altura, cuyo principal ejemplo lo tenemos muy cerca: el poblado de la Encantada, en Granátula de Calatrava.
Eran poblados situados en zonas altas, en cerrillos, desde donde se podía controlar extensas áreas fértiles para la agricultura, en este caso el valle del Jabalón. Desconocemos si esa gente vivía en alto para defenderse mejor de posibles enemigos (pudo ser una época de guerras y ataques de otros pueblos), o bien por cuestiones económicas: controlar los ríos, los pasos naturales y caminos para el comercio o el ganado, los campos de cultivo, los pastos, o la caza.
De hecho, en nuestro término, todos los restos de esta época se han encontrado en zonas altas, en concreto en tres cerros: los Morrones, Los Chaparrillos y el Cerro de San Isidro. Está claro que por aquí pasarían las gentes que vivían en La Encantada.
Desde los Morrones y los Chaparrillos controlarían el valle del Jabalón, zona muy fértil, allí se han encontrado restos de cerámica fabricada a mano.
Desde San Isidro controlarían toda la vega del Pellejero, todo el valle donde hoy se encuentra el pueblo. En la falda oriental de este cerro se han encontrado restos de cerámica mucho más elaborada que la de los Morrones y los Chaparrillos (quizá sea posterior) pero muy descontextualizada (fuera de su contexto original) quizá debido a las obras que aquí se han llevado a cabo (para construir la ermita, el porche y cocina, o el albergue).
Restos de época ibérica.
La Edad del Bronce finaliza en Europa cuando los grupos humanos comienzan a trabajar el hierro (a partir del siglo VIII a.C.), cuando empiezan a fabricar hornos de fundición y a elaborar herramientas de hierro. Los pueblos que dominaban el hierro fabricaban mejores armas y podían así conquistar a otros pueblos, comienza la Edad del Hierro, cuyas culturas salen ya del anonimato típico de la Prehistoria al aparecer los primeros documentos escritos.
En la Península Ibérica y Baleares aparece la cultura ibérica. Los íberos ya conocían el hierro, la cerámica a torno, tenían su propio alfabeto (aunque no se ha logrado aún descifrar), su religión y su arte (con ejemplos tan típicos como la Dama de Elche), vivían en poblados gobernados por reyes, príncipes o caudillos militares (llamados "régulos"), tenían sus propias leyes y una sociedad jerarquizada (con sus régulos, druidas, guerreros, artesanos, campesinos...). Se trata de nuestros antepasados directos, los nativos de la Península Ibérica, y sobre los cuales se irán superponiendo todas las culturas que vayan llegando con posterioridad (celtas, romanos, visigodos, musulmanes...etc.).
En Valenzuela se han encontrado restos ibéricos en 3 lugares: el Cosque, el Cerro de San Isidro y la Mina. Curiosamente los 3 situados en las sierras que bordean nuestro término por el sur (lindando con los términos de Granátula y Aldea del Rey).
Los íberos fabricaban cerámica a mano y a torno, en principio la pintaban con bandas rojas o anaranjadas, y más tarde evolucionaron a la cerámica de un solo color y decorada con dibujos geométricos.
El Cosque es una loma al sur de nuestro término municipal (lindando con el término de Granátula) donde se han encontrado restos de cerámica ibérica de color naranja y gris.
En el Cerro de San Isidro se han encontrado restos de cerámica ibérica fabricada a mano y a torno.
Fragmentos de cerámica ibérica encontrados en el Cosque. En ellos podemos ver la decoración geométrica. |
La Mina, es una loma situada en una de las terrazas del río Jabalón (suroeste de nuestro término) en la que se han encontrado restos de muchas épocas históricas, cuenta con una continuidad histórica increíble: desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. De época ibérica se han encontrado restos de cerámica muy variada.
Noticias y restos de época romana.
Los romanos conquistaron la Península Ibérica a partir del siglo II a.C., sometiendo a los pueblos íberos y celtas que aquí vivían. Crearon una nueva provincia de su imperio: Hispania (de donde deriva el nombre actual de nuestro país), y nos trajeron sus avances en arquitectura, su arte, urbanismo, leyes (el Derecho Romano, base del actual), religión (primero una religión propia, romana, y más tarde el Cristianismo) y hasta el idioma. Hoy hablamos una lengua que procede del latín, y somos un país católico y latino gracias a Roma.
En nuestro pueblo hay dos fuentes para conocer el posible pasado romano: por un lado los restos arqueológicos encontrados, por otro, la información oral que se tiene sobre posibles restos de época romana.
Los restos encontrados son fiables, las fuentes orales no tanto, tenemos que ser cautos a la hora de analizar las noticias sobre hallazgos romanos, hay que tener en cuenta que hasta hace poco tiempo todos los restos antiguos que se encontraban la mentalidad popular los achacaba "al tiempo de los romanos" (hoy es a "los moros"). Aún así, alguna gente culta de Valenzuela nos ha dejado evidencias de posibles restos romanos en nuestro término, e incluso en el propio pueblo.
El único lugar del término donde se han hallado restos romanos con total seguridad es el Cerro de la Mina, en concreto se han encontrado allí restos de cerámica, de ánforas (las ánforas eran unos vasijas alargadas que los romanos utilizaban para transportar vino o aceite), de tegulas (tejas planas utilizadas por los romanos en sus casas) y de ladrillo.
Se dice también que muchos caminos del término están construidos sobre antiguas calzadas romanas (utilizadas posteriormente como cañadas y veredas para el ganado), e incluso se señala también como romano el Puente del Alguacil.
Es curioso que, al igual que los restos íberos se han encontrado en zonas altas (cerros) de la parte sur del término, los restos romanos son más numerosos conforme nos acercamos al río Jabalón. ¿Tendrá algo que ver con las villas romanas que se han encontrado en la otra orilla de ese río? en 1947 concretamente, se encontraron restos de una villa romana en el kilómetro 21 de la carretera que une Ciudad Real con Calzada de Calatrava ("carretera de la Fuensanta"). Quizá tanto la vereda de Valenzuela (que pasa por la misma Plaza), como el puente del Alguacil, como el posible asentamiento en la Mina, formen parte de un sistema de calzadas romanas que se dirigían hacia esas villas. Esta hipótesis se ve reforzada por ser esta zona, las orillas del Jabalón, rica en los balnearios y fuentes de aguas termales (como La Minilla, Fuensanta, Cochuro) que tanto gustaban a los romanos.
Existen además noticias de restos romanos en el mismo casco urbano de Valenzuela. Mi tío Tomás (el sacerdote D. Tomás Malagón Almodóvar) se acordaba cómo siendo un niño - década de los 20 del siglo XX - vio que al empedrar las calles del pueblo los obreros sacaban algunas monedas romanas, o al menos muy antiguas. También recordaba que en casa de sus abuelos, Rosa y Tomás, había una extraña caja de piedra junto al pozo utilizada como abrevadero para las mulas y que luego resultó ser un antiguo sarcófago romano con inscripciones en latín, de esta noticia se hace eco también el historiador local Juan José Malagón Golderos, al igual que de una pila bautismal antiquísima que se encontraba en la casa de los Marqueses de Torremejía (hoy el edificio que alberga la Biblioteca y el Hogar del Jubilado) traída allí desde la iglesia cuando se compró la actual.
Por desgracia todo eso ha desaparecido con el tiempo. En sociedades pobres y con mucho analfabetismo como las de antes, apenas se le daba importancia a esos restos, salvo escasas excepciones no se tenía conciencia histórica, pero por otra parte esa misma pobreza, esa misma carencia de todo, ha jugado a nuestro favor: la gente del pasado reaprovechaba todo, lo que ha permitido que algunas cosas se hayan conservado hasta la actualidad, como puede ser el caso del sarcófago romano que he comentado, y de las probables estelas visigodas que hay en los muros de nuestra Parroquia.
Restos de época visigoda: las estelas de la Iglesia.
En el siglo V cae el imperio romano y multitud de pueblos germánicos penetran en sus provincias creando nuevos reinos. A nuestro país llegan los visigodos que crean un nuevo reino con centro en la ciudad de Toledo.
En general, los visigodos fueron una minoría, se adaptaron a las instituciones y las ciudades de época romana, se convirtieron al catolicismo y se mezclaron con la población hispanoromana, por lo que apenas nos han dejado monumentos importantes. Aún así, tenemos ejemplos del legado visigodo muy cerca: la iglesia de Oreto-Zuqueca, en Granátula de Calatrava, que llegó a ser una ciudad importante y hasta sede obispal.
Es claro que las gentes de Oreto explotarían toda esta comarca, pero no lo es tanto que las cruces y símbolos que hay en muchas piedras y estelas de los muros de nuestra iglesia sean de origen visigodo como se ha defendido en multitud de ocasiones. Muchos símbolos pueden ser signos que hacían los canteros que tallaban esas piedras - a modo de los actuales "logos" comerciales - y las cruces pudieran pertenecer a las estelas de las antiguas tumbas que allí había. Recordemos que la plazuela de la iglesia y la misma iglesia fueron cementerio hasta 1829 cuando se construyó el Campo Santo en la carretera de Pozuelo.
Tampoco descartamos totalmente que haya estelas visigodas con símbolos en algunos lienzos o muros de nuestra iglesia, como dejó escrito en ocasiones nuestro historiador local Juan José Malagón Golderos.
La época islámica: tierra de frontera.
El reino visigodo de Hispania finaliza en el año 711 cuando los musulmanes llegados del norte de África conquistan la Península Ibérica, que ellos llamaron Al Andalus.
Los musulmanes estuvieron en nuestra región entre los siglos VIII y XIII, aunque nunca fue una de las zonas más pobladas de Al Andalus, ellos prefirieron asentarse en las comarcas más fértiles y con grandes ciudades del valle del Guadalquivir y valle del Ebro.
En nuestro término no se ha encontrado resto alguno de estos siglos, pero curiosamente se sitúa en esta época el origen de nuestra iglesia parroquial, y con ello del origen del pueblo.
En el siglo XIX, Hervás y Buendía en su famoso diccionario sobre los pueblos de la provincia de Ciudad Real decía que el origen de nuestro pueblo estaba en un pequeño castillo árabe que los primeros colonos cristianos convertirían en iglesia, y que hoy se encuentra representado en nuestro escudo. No hay pruebas fehacientes de esto, pero está claro que esta comarca, el valle del Guadiana, fue zona de frontera entre los musulmanes del sur y los reinos cristianos del norte, y por ello fue fortificada por los musulmanes, sobre todo en época almorávide. Muchos de los castillos que hay hoy en nuestra provincia, incluido Calatrava la Vieja y Calatrava la Nueva, fueron en origen fortificaciones o ciudades musulmanas.
Y finalmente llega la Orden de Calatrava.
A raíz de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) en la que los reinos cristianos del norte (tropas de Castilla, Aragón y Navarra) vencen a los musulmanes (en ésta época de la secta almohade), los musulmanes se repliegan hacia el sur (ya solo les quedará el Reino de Granada) y toda la región comprendida entre los Montes de Toledo y Sierra Morena pasa a la Corona de Castilla.
Los reyes de Castilla entregan esta comarca a la Orden de Calatrava, caballeros cruzados que debían defender y poblar este territorio.
El Cerro de la Mina es el único lugar del término donde se han encontrado restos de época medieval, en concreto fragmentos de cerámica (jarras, asas, tejas), pero se desconoce si son ya de los siglos de dominio de la Orden de Calatrava.
En la parte suroeste del término existe también un paraje conocido como "Haza de Juan Gómez". Un haza es un pedazo de tierra labrado para sembrar. Allí vemos que hay unos cimientos de piedras, colocadas verticalmente y son argamasa ni barro, que debieron formar parte de una estructura con planta cuadrangular, quizás una casa de campo o cuadra, que para la época debió ser bastante grande.
Esta construcción se ha datado a finales de la Edad Media o siglo XVI, y su nombre deja volar nuestra imaginación:
¿Tendrá algo que ver con D. Juan Gómez (o González), el Maestre de la Orden de Calatrava que en 1284 donó la Dehesa de la Nava - muy cerquita de aquí - a los moradores de Valenzuela?
¿Sería ese Juan Gómez de los Gómez, familia poderosa y terrateniente de la Valenzuela de los siglos XV o XVI?
¿Será el mismo Juan Gómez, que según el historiador local Juan José Malagón Golderos, acompañó a Diego de Almagro en la conquista de Chile?
Restos de construcciones en el Haza de Juan Gómez, datados ya a finales de la Edad Media. |
Todo son hipótesis por el momento. Lo que sí está claro es que a partir del siglo XIII, cuando los Maestres de la Orden de Calatrava comienzan a otorgar concesiones para atraer nuevos colonos a estas tierras - como en nuestro caso la concesión de los pastos de la Dehesa Vieja y Dehesa de la Nava - y comienzan a fundarse aldeas y villas, los restos materiales encontrados son más abundantes: nuestro término se ve surcado por los caminos de la Mesta (la Cañada Soriana y la vereda de Valenzuela) y salpicado de construcciones, tales como norias, pozos, albercas, chozos de pastores, casas de labor, refugios de cazadores, hatos para el ganado, eras para el cereal, lavaderos, cosques, acequias, cuadras o corralas para los rebaños, pozos artesianos, adoberas, muladares....etc.
Todo ello ejemplos de nuestro patrimonio material y etnográfico, y que constituyen hoy pequeños vestigios de un inmenso y desconocido pasado histórico. Somos muchos los que - como el historiador Corchado Soriano - deseamos que el conocimiento de ese pasado resulte cada vez más fructífero.
Muchas gracias por la sencillez con que has resumido y, los detalles tan curiosos que cuentas para que todas las personas lo puedan disfrutar.
ResponderEliminarGracias a usted por seguir nuestra página de Historia de Valenzuela.
Eliminar