viernes, 5 de enero de 2024

Documentos para una Historia: Testamento de D. Francisco de Zúñiga y Oviedo.

El documento que vemos en la foto lo encontré en el Archivo Municipal de Almagro, y trata de uno de los personajes importantes en la Historia de Valenzuela, concretamente es el testamento que el 26 de noviembre de 1630 hizo D. Francisco de Zúñiga y Oviedo, Señor de Valenzuela (recordemos que Valenzuela fue Señorío entre mediados del siglo XVI y hasta el siglo XVIII).


D. Francisco decidió hacer testamento ese día porque se encontraba enfermo, y los testamentos son una fuente histórica muy importante, nos proporcionan muchos datos a los historiadores. 

Los Zúñiga eran una familia de hidalgos almagreños (aún se puede ver el escudo de esta familia en algunas casas y palacios de Almagro y Valenzuela) que gobernaron Valenzuela durante gran parte del siglo XVII, sus descendientes serán los Osorio, que al título de Señores de Valenzuela unirán el de Señores de Picón - otro pueblo de nuestra provincia - y el de Marqueses de Torremejía.

D. Francisco de Zúñiga era hijo de D. Juan de Zúñiga, también Señor de Valenzuela, y Doña Isabel de Oviedo. Administraba nuestra villa junto a su sobrino, D. Pedro de Zúñiga. Además era regidor perpetuo en Almagro por concesión que le hizo el propio rey Felipe IV el año anterior. Estaba casado con Doña Ana de Quintanilla, viuda de D. Alonso de Osorio. 

En el testamento, D. Francisco habla de una cuantiosa dote que recibió de su mujer, parte de cuyo capital invirtió en la compra de "manadas de ganado ovino", y otra parte en censos (arrendamientos de bienes) que tenía en la casa de los Fúcares, ricos banqueros de origen alemán. Además, dice que tenía tierras sembradas de cereal, olivos en el paraje de Mata Bestias (término de Almagro) y 4.000 vides, y en su casa poseía "plata, oro, muebles, ropa blanca y vino". Todas estas riquezas, además del Señorío de Valenzuela, se las quedaron sus sobrinos, pues no tuvo hijos.

Su deseo testamentario fue ser enterrado en la iglesia de San Bartolomé de Almagro, sufragar cientos de misas por su alma y la de sus padres, y que a su entierro acudiesen las hermandades y cofradías de Nuestra Señora de la Soledad (de la que era fundador), la de la Vera Cruz, el Nombre de Jesús y la Santísima Trinidad de Almagro.

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