Buenos días a todos,
Quisiera comenzar dando las gracias a Marina por haber pensado en mí hoy, para la Presentación del Cartel de la Semana Santa de este año, y también a Don Matías, nuestro párroco, por su introducción a este acto, de hecho, ha hablado muy bien sobre la Historia de la imagen del Cristo de Medinaceli, con lo cual me ha ahorrado a mí unos párrafos. Siempre es un placer escucharle por su gran cultura.
Cuando Marina me pidió que estuviese yo hoy aquí con ustedes, en este acto, me sentí sorprendido, pero, he de confesar, que a su vez confuso. Apenas conozco las imágenes religiosas de Valenzuela, pero sé que lo hacía con buena fe, porque me conoce y sabe que llevo años investigando nuestra Historia local, aparte de su aprecio.
Me acuerdo cuando en la revista local “Garabatos”, Valentín y yo escribíamos una serie de artículos sobre los apellidos más comunes de Valenzuela, la buena acogida que tuvieron entre los lectores. La gente nos preguntaba por uno u otro dato, y esperaban ansiosos por qué tocase publicar su apellido. Entonces acordamos que escribiríamos series de artículos similares, teníamos temas de sobra, como por ejemplo los nombres y la historia de las calles del pueblo, y también pensamos en las imágenes religiosas que tenemos en nuestra Parroquia y las dos ermitas. Tarea que queda para un futuro próximo.
El primer problema que nos encontramos a la hora de conocer el patrimonio imaginero de nuestro pueblo es con la falta de documentos escritos, apenas hay nada sobre ellos, por lo que siempre recurro a los recuerdos de nuestros vecinos, sobre todo de los más mayores, que me cuentan como eran antes las tradiciones.
Otra cuestión a la que nos enfrentamos, es el hecho de que nuestra imaginería es relativamente reciente. Prácticamente todas las esculturas religiosas son de la posguerra. En la Guerra Civil de 1936 se quemaron la mayoría de ellas. Solo conservamos algunas, como la Virgen gótica que hay en nuestra Parroquia, probablemente Nuestra Señora de la Nava, a la que los valenzoleños medievales rendían una gran devoción, y que debió esconderse mucho antes de la guerra del 36, y algunas otras que algunos vecinos ocultaron para salvarlas de la destrucción, como los ángeles que procesionan en la carroza de nuestra patrona.
Centrándonos ya en la imagen que es hoy protagonista, decir que el culto al Cristo de Medinaceli se inicia en Madrid. Cuando buscaba información sobre esta imagen en páginas y blogs de Internet, era muy común leer que en la capital ni el culto a su patrón, San Isidro, ni a la Almudena, superaban al de este Cristo. Sin embargo, su origen está en Sevilla, donde se talló en el siglo XVII. Orígenes oscuros. Probablemente hubiese una importante colonia de sevillanos en el Madrid de esa época, o se encargase en aquella ciudad sabedores de los buenos imagineros que allí había durante el Barroco. Se barajan dos nombres de imagineros sevillanos como artífices de la talla, pero no se sabe con certeza cual de los dos la hizo.
Nuestra imagen no es tan antigua, es de la posguerra, seguramente la compró o la donó algún particular, algún vecino devoto del pueblo, lo cual era muy típico en esos años. En los años 40, algunas imágenes fueron compradas por vecinos del pueblo o con donaciones colectivas, como ocurrió también con la reforma de los altares de la ermita del Cristo. Llegó a haber incluso un grupo de jóvenes que hacían obras de teatro con el fin de recaudar fondos para este cometido. El Cristo de Medinaceli permaneció durante años en un almacén de la iglesia, donde se estaba deteriorando, hasta que un grupo de vecinos devotos, a los que tenemos que agradecer su labor, lo rescataron, reformaron y hoy se ocupan de cuidarlo, vestirlo y sacarlo en procesión.
Volviendo a la imagen originaria, la de Madrid, tal y como nos ha adelantado nuestro párroco, fue llevada a Marruecos, para que recibiese culto de los soldados españoles que estaban destacados en una de las colonias que España tenía en el norte de África en ese siglo. En concreto, en la actual ciudad marroquí de Mehdia. Desde allí sufrió toda una odisea hasta regresar a Madrid. El sultán de Marruecos secuestró la imagen cuando sus tropas tomaron la ciudad. Había en aquel entonces, órdenes religiosas, como los Mercedarios o los Trinitarios, que se dedicaban a redimir, a rescatar, cristianos prisioneros de los musulmanes. Uno de estos cautivos, hoy famoso, fue un escritor preso en Argel, y que ha hecho que nuestra región sea conocida a nivel mundial.
Los trinitarios rescataron la imagen como si de una persona más se tratase. La leyenda cuenta que el sultán, sabedor de la importancia que tenía para los cristianos, pidió su propio peso en monedas de plata a cambio de no quemarla. Su rescate hace que la imagen se encuentre hoy muy ligada a esta orden religiosa, como podemos ver en su escapulario.
Desde entonces, sufrió un sinfín de aventuras hasta volver a Madrid, pasando por Gibraltar y Sevilla, y una vez en la capital pasó también por diversas iglesias y ermitas. Durante nuestra última guerra civil, el gobierno de la República, para evitar su destrucción, la envió a Valencia y desde allí fue al extranjero antes de regresar de manera definitiva a Madrid. Hoy, cuenta con su propia basílica, una de las cinco que existen en la capital de España, así que ya sabéis, si vais a Madrid y queréis visitarla se encuentra en la basílica del mismo nombre en el Barrio de las Letras.
La iconografía es la típica de los llamados “Cristos de la Sentencia”, muy populares en Sevilla. Representa a Cristo cuando es apresado y llevado ante Pilatos, que, reacio a crucificarle, “se lava las manos” y lo entrega al pueblo, “aquí tenéis al hombre”, es lo que dijo. Por eso creo que es una imagen importante en nuestra Semana Santa, en la Semana Santa del Campo de Calatrava, que como todos sabéis es de Interés Turístico Nacional. En nuestra comarca son muy típicas las representaciones de la Sentencia y el Prendimiento, y en ellas la imagen iconográfica del Cristo de Medinaceli juega un papel principal. En nuestro pueblo, en Valenzuela, el Prendimiento es una representación teatral, sin embargo, en otras localidades vecinas se llega a utiliza la propia imagen. En Bolaños de Calatrava, los armaos, los romanos, apresan a la propia imagen del Cristo, atando sus manos.
Las diferencias entre la imagen originaria, la de Madrid, y la de nuestro pueblo, son notorias como podemos ver en las diapositivas. La originaria cuenta con un rostro triste, afligido, con los brazos unidos en señal de ser apresado, como corresponde al momento de la Pasión que representa, mientras que la nuestra cuenta con un semblante más serio, menos expresivo, y sus brazos están separados, no muestra las manos unidas.
Desde el punto de vista material, decir que solo es talla la cabeza y los brazos, el resto es artesonado de madera, muy típico de las imágenes talladas para ser vestidas. Los brazos son articulados porque muchas de estas imágenes se utilizaban para bendecir a los fieles.
Bien, decir también que Marina me dejó claro desde el principio que ellos no son una hermandad cofrade, únicamente son un grupo de personas que se ocupan de esta imagen. Marina, Miguel, Marí Carmen..., entre otras personas que hacen una labor encomiable ocupándose de ella, a la que se refieren como "el santo pobre", y es que en realidad, y si me permiten la broma, es tan "pobre" que ni cofradía tiene. Sin embargo, si miramos en un diccionario o enciclopedia es común encontrar que una cofradía no es sino un grupo de personas agrupados en torno a la devoción y el culto a una imagen religiosa, por tanto, podemos decir que este grupo de personas ya actúa como tal, pero una hermandad o cofradía de Semana Santa es más que eso.
¿Cuáles son los elementos que la caracterizan?
- En primer lugar, una hermandad tiene que tener unas ordenanzas, unos estatutos. En la foto vemos el libro de estatutos de la Hermandad de la Vera Cruz, la más antigua de las existentes hoy en nuestro pueblo, fundada a mediados del siglo XVI. Una auténtica reliquia, pues si bien el libro se redactó en el siglo XVIII, el sacristán o hermano mayor que lo transcribió tuvo mucho cuidado de copiar los estatutos y las actas originales, del siglo XVI. En realidad lo hizo para preservar los privilegios de la hermandad, pero al mismo tiempo, y sin que ese fuera su fin, nos estaba haciendo un enorme favor a los historiadores del futuro.
- Además, una hermandad necesita la organización de sus cofrades, cargos. Por ejemplo, antiguamente había cargos en las hermandades que hoy no existen, como el de muñidor, que cumplían funciones que hoy también han pasado a la Historia, como la de anunciar a todos los hermanos la muerte de algún cofrade y la necesidad de acudir a los oficios religiosos. Ha habido continuidad en estos cargos, aunque con el tiempo hayan cambiado las denominaciones, en el pasado las cofradías tenían hermanos mayores o mayordomos, igual que hoy cuentan con una junta directiva.
- Del mismo modo, la mayoría de las cofradías cumplían con una labor social. En este sentido, volvemos a recordar a la de la Vera Cruz, que llevaba a cabo actos de caridad, como acompañar a los hermanos cofrades enfermos o sufragar entierros de pobres.
- Elementos fundamentales de las cofradías son también sus estandartes o símbolos. En la foto vemos símbolos importantes de la Hermandad de la Virgen del Rosario, que aunque no forma parte de las cuatro hermandades de Semana Santa, he querido destacarla por tratarse de nuestra Patrona. Pues bien, hasta mediados del siglo XIX su estandarte principal era su bandera, la conocida como "bandera de la Virgen", y él que la ostentaba era el encargado de organizar la fiesta de ese año. Hoy, también cuenta con banderas, pero el estandarte principal es "la jineta", tradición relativamente reciente y muy ligada a los Marqueses de Torremejía. Se trata de un bastón utilizado por los militares que montan a caballo. Si en las fiestas patronales de algún año, alguno de ustedes tiene la suerte de ostentarla fijaros bien como en ella aparecen grabadas las iniciales de uno de los últimos Marqueses de Torremejía que vivió en nuestro pueblo, don Blas de Alfaraz, un personaje muy ligado al mundo militar.
- Las hermandades además de su función principal, que es procesionar, también celebran otras tradiciones o rituales. Por ejemplo, la Hermandad de la Vera Cruz contaba con el acto "del perdón", en él que todos los hermanos cofrades se reunían y debían pedirse perdón unos a otros, y él que negaba su perdón a alguno ellos tenía que rezar, cumplir una pequeña penitencia. Es un acto que simboliza el hecho de que todos nosotros, alguna vez, y muchas veces sin darnos cuenta, ofendemos a nuestros semejantes, pero merecemos siempre su perdón. O la hermandad del Cristo, relativamente mucho más reciente, fundada a principios del siglo XIX, y que celebraba un curioso ritual en él que sus hermanos se reunían para meditar y orar en silencio. Para que luego se crean los que hoy practican yoga u otros ejercicios de meditación que son modernos. Todo estaba ya inventado.
- Por último, lógicamente, lo que dota de mayor notoriedad a una hermandad es su participación en la Semana Santa y el día que celebra su fiesta. Recordemos en este sentido, la fiesta de la Vera Cruz, celebrada, como todos sabéis, el 3 de mayo, y con mucha devoción en nuestro pueblo desde hace siglos.
Por tanto, decir a Marina y a las otras personas que cuidan de esta imagen que si alguna vez deciden crear una cofradía, pueden contar conmigo para lo que necesiten, y seguramente que también con nuestra Parroquia.
Y ya para finalizar, decir que si bien he comenzado dando las gracias a Marina por pensar hoy en mí para la inauguración de la Semana Santa del 2024, del mismo modo, quiero acabar agradeciéndoos a todos ustedes el estar aquí hoy un año más.
Gracias.










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